lunes, 24 de noviembre de 2014

Monstruo de hierro


Dejo atrás el sonido de las olas del mar
y me dirijo hacia el norte
con el propósito de buscar un nuevo desenlace en mi vida,
sin embargo el frío del invierno me detiene. 

Vuelvo mi vista al océano 
y veo el largo horizonte de mi destino 
que sin ser glorioso y lleno de dificultades 
produce una inmensa situación de rendición. 

Pero esta agua no brilla como el cristal 
apresada por lo gris de esta horrible madrugada
cuando el amanecer se acerca 
la niebla nos conquista 
y sigo sin decidir si ir o no al norte. 

Ninguna luz se avista en el gran mar 
los barcos se apagan por la luz que vuelve 
5:47 y no encuentro ni un solo rastro de ti. 

Humo que llega frente a mis ojos 
miedo que no controlan mis fuerzas 
porque es lo más difícil de borrar. 

Pero no exagero 
la mañana invade cada vez más con su luz 
y aunque comienza a quemar el sol 
aún no he pensado  
en regresar a casa.

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